tag:blogger.com,1999:blog-11351486294868036032024-03-08T14:32:47.862-08:00Toque de campanaelisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.comBlogger10125tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-85686331007174003732018-09-05T13:56:00.000-07:002018-09-05T13:56:52.086-07:00Linchamientos por partida doble<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La semana pasada
sucedieron dos linchamientos en Puebla e Hidalgo respectivamente, motivados por
el rumor de que las víctimas eran supuestos robachicos. Los linchamientos son
originados por faltas o delitos reales o imaginados. Según lo que yo he podido
analizar, el porcentaje de casos motivados por rumores es menor al porcentaje
de casos causados porque se encuentra a las víctimas delinquiendo en
flagrancia. Sin embargo, los casos de la semana pasada han recibido especial
atención, además de porque hubo víctimas mortales –y cuando no hay personas
muertas, los medios no prestan tanto interés-, por el hecho de que coincide con
una ola de noticias falsas viralizadas en redes sociales acerca de supuestos
robos de niños. Esta ola ha alcanzado una dimensión casi nacional y merecería
ser mucho mejor investigada no sólo desde el punto de vista legal-penal, sino
también desde el punto de vista mediático-académico. Que yo recuerde, en México
es prácticamente la primera vez que asistimos a un fenómeno similar, donde las
redes sociales viralizan y extienden a nivel casi nacional información falsa
que provoca más de un linchamiento, a diferencia de países como India, donde el
uso de redes sociales para incitar linchamientos es un hecho tristemente común.
En esta nota no voy a centrarme en esta dimensión del fenómeno, pero quiero
dejar apuntado que efectivamente las redes sociales ahora han jugado un papel
protagónico al contribuir a la generación de pánico o psicosis colectiva, pero
que de ninguna manera el fenómeno de los linchamientos en México se agota ahí.
La causa profunda no se halla en la difusión electrónica noticias falsas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Los
linchamientos en México son de diferentes tipos. De manera general y
considerando el actor colectivo que los protagonizan, son colectividades donde
sus miembros son parte una misma comunidad o son colectividades que se forman
espontáneamente y se disuelven inmediatamente después de perpetrado el acto. En
el primer caso, estas colectividades habitan en diversos contextos: pueblos
rurales, semi rurales o urbanos, así como colonias y barrios urbanos. En el
segundo caso, las colectividades que se forman tienen la característica de que
sus miembros temporales no se conocen ni tienen vínculo alguno. Como vemos, los
dos linchamientos ocurridos la semana pasada, en la comunidad de San Vicente
Boquerón (Acatlán de Osorio, Puebla) y en el pueblo de Santa Ana Ahuehuepan
(Tula de Allende, Hidalgo), corresponden al primer tipo de linchamientos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
caso de San Vicente Boquerón llama particularmente la atención porque se sitúa
en Puebla, que es una entidad que desde hace varios años registra un muy alto
índice de linchamientos y que en tiempos más recientes son parte del tétrico
paisaje de criminalidad y violencias que asola a esa entidad –feminicidios,
huachicol, delitos de alto impacto (homicidios, secuestro, extorsión, robos con
violencia, violación, etc.)-. Haya o no víctimas mortales, todo linchamiento es
grave, sin embargo, los linchamientos espontáneos que muy frecuentemente se
registran en varios puntos de la geografía urbana del centro del país no
generan el grado de interés y crispación social que suscitan los casos como el
de Puebla. Incluso, comparado con el caso de Hidalgo, en estos días el primero
ha recibido mucha mayor atención mediática, consternación y condena; es posible
que en parte el tema que referí al principio, del papel de las redes sociales,
propicie mayor sensibilidad, pero lo cierto es que estos linchamientos han
venido ocurriendo desde hace tiempo, que no son nuevos y no tienen nada de
“inexplicable” ni pueden ser reducidos al momento de máximo paroxismo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En
los últimos veinte años, la mayor parte de los pueblos que protagonizan
linchamientos padecen un alarmante proceso de despojo de tierras, bienes y
recursos naturales, de invasión de territorios, así como de un crecimiento
agudo de la inseguridad y el crimen, todo ello frente a un aparato de justicia
francamente omiso e inoperante. Tan solo en Puebla en lo que va del año, según
cifras del secretario general de Gobierno, ha habido 146 episodios de
linchamiento, en los que ha habido 15 víctimas mortales y 201 personas
rescatadas. Por más que se diseñen y con suerte se implementen “protocolos” de
seguridad específicos para atender estas emergencias, lo cierto es que el
fenómeno no cesa y no existe ningún tipo de estrategia de prevención y atención
en las regiones o entidades afectadas por este fenómeno. Mención particular
merecen las declaraciones enmarañadas del presidente de la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos: “Esto no es justicia, esa es barbarie y hay que sancionar
a quienes incitan e impulsan este tipo de soluciones. Pero también hay que
corregir las debilidades institucionales. (…) [La desesperación] no puede
llevar al extremo de hacer justicia por propia mano, porque vamos a caer en
estado selvático, en donde lo que impere es quién puede más. Tenemos que darle
a la sociedad, a esa sociedad indignada porque no hay procuración de justicia,
respuesta fortaleciendo a las instituciones, pero tenemos que dar garantías a
la ciudadanía de que mañana ninguno de nosotros puede ser confundido en una
justicia malamente llamada justicia por propia mano.” ¿Qué es exactamente lo
que la CNDH y las comisiones estatales han hecho ante este fenómeno; qué
acciones preventivas y de pedagogía social han promovido con las autoridades
gubernamentales y judiciales ante los altos índices de linchamientos –y de
otras formas de justicia por mano propia- que tenemos en la actualidad? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Lo que vemos es que hay
nula claridad institucional de qué hacer al tiempo que es urgente la
comprensión de este fenómeno. Calificar a la gente como salvaje, enferma o loca
no ayuda absolutamente en nada. Linchar a los linchadores poco contribuye a entender,
prevenir y educar. Los agravios históricos y recientes cometidos en prejuicio
de los habitantes de estos pueblos necesitan ser considerados y analizados como
parte del contexto de los linchamientos que, huelga repetirlo, no son usos y
costumbres, sino efectos de las múltiples violencias que se sufren en estos
lugares. A unos días de que se cumplan 50 años del fatidíco y famoso
linchamiento de Canoa, precisamente en Puebla, resulta preocupante primero, que
ese caso sea el único referente para entender los linchamientos actuales, y
segundo, que se repitan insistentemente las nociones de salvaje, barbarie y
demás para caracterizarlos. Los habitantes de estos pueblos no son animales, ni
son humanos evolutivamente inferiores, ni son salvajes; son actores colectivos
que asombrosamente sobreviven en medio de condiciones de marginación
criminales. San Vicente Boquerón es parte del municipio de Acatlán de Osorio,
ubicado en la región mixteca del estado de Puebla y que ocupa el sexto lugar en
la lista de receptores de remesas. Pese a los altos índices de pobreza,
analfabetismo, malas condiciones de salud y desnutrición, desempleo y
violencia, los mixtecos de Puebla buscan la manera de sostenerse mediante su
intenso trabajo fuera del país. Son poseedores de una cultura rica y ancestral
y mantienen, pese a todo, formas de organización comunitaria de las que se
necesitaría echar mano para atender este problema. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los culpables de los
linchamientos deben ser enjuiciados, sí, pero esto no va a ser suficiente si
las autoridades no piensan en acciones de pedagogía social, especialmente para
los más jóvenes, y en mecanismos de resolución de conflictos y de mitigación de
la violencia a partir de procesos comunitarios basados en su historia y
experiencia. El dolor y la atrocidad pueden ser procesados y encausados
mediante ejercicios sociales de escucha, reparación y perdón. Los linchamientos
no son un problema de “otros”, de los otros lejanos y desconocidos, sino un
problema nacional que nos atañe a todos. <o:p></o:p></span></div>
<br />elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-28116435197033546972018-05-06T13:05:00.000-07:002018-05-06T13:05:22.768-07:00Linchamientos usados en campaña sucia electoral<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Según varios
medios de información (<a href="http://www.eluniversal.com.mx/estados/queman-presunto-delincuente-e-intentan-linchar-otro-en-tabasco" target="_blank">El Universal</a>, <a href="http://www.tabascohoy.com/nota/438187/queman-a-ladron-en-tamulte-de-las-sabanas" target="_blank">Tabasco Hoy</a>, etc.) el día 30 de abril se
registró el linchamiento de dos presuntos delincuentes en el estado de Tabasco,
uno en Villa Vicente Guerrero, municipio de Centla, y otro en Tamulté de las
Sabanas, en el municipio de Centro. Sin embargo, el segundo caso ocurrido en
Tamulté se convirtió en noticia varios días después, en concreto el día 5 de
mayo, cuando en Twitter se divulgó un video con imágenes explícitas. El video
divulgado está siendo utilizado como elemento de la <a href="https://josecardenas.com/2018/05/viva-morena-grita-gente-mientras-linchan-a-uno/" target="_blank">campaña sucia</a> en el
contexto electoral en contra del partido Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena), esto porque en esas imágenes se escuchan gritos en contra de varios
políticos (se menciona a Ricardo Anaya, a Enrique Peña Nieto y al final se
escucha un grito de “¡Viva Morena!”).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Vayamos por
partes. En un hecho de violencia colectiva como lo es un linchamiento se
entremezclan muchos elementos que es necesario diferenciar. En primer lugar, la
violencia es real, existió, nadie puede negarlo, pero la manera en la que el
hecho violento es reproducido (por reproducido me refiero a las formas en las
que fue registrado y después divulgado) influye en nuestra manera de percibir y
juzgar el hecho. En los años recientes, México ha sido escenario de un muy alto
índice de fenómenos de violencia colectiva, particularmente actos de justicia
por mano propia –ya sean linchamientos o ajusticiamientos cometidos por
vengadores solitarios, especialmente- y me atrevo a decir que esto ya se ha
normalizado, puesto que pocas veces los casos llegan a convertirse en noticia
importante. Los casos sí aparecen en los periódicos pero casi nunca merecen
atención, salvo cuando alguno se “politiza”, es decir, se le confieren
atributos relacionados directamente con cuestiones políticas; en estricto
sentido, todos los linchamientos tienen una dimensión política, pero no todos
se politizan. Un linchamiento se politiza, por ejemplo, cuando es utilizado por
medios de comunicación o adversarios políticos para atacar a las autoridades
que gobiernan en los lugares donde aconteció el hecho.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En segundo
lugar, cuando ocurre un linchamiento es necesario examinar el contexto en el
que ocurre. Tabasco es una entidad con altos índices de violencia incluidos
linchamientos; aunque no es el estado donde más se registran, en los últimos
años ha ocurrido un número importante. De modo que lo acontecido en Tamulté no
es un caso extraordinario, más bien todo lo contrario: en varios municipios de
Tabasco los episodios de justicia por mano propia son más frecuentes de lo que
suponemos. Entonces, ¿por qué este linchamiento está siendo noticia, de manera
descontextualizada, usando solamente un video que muestra además de imágenes
explícitas, un momento de todo un proceso confuso que es un linchamiento?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En tercer
lugar, como dije arriba, el linchamiento es un fenómeno de naturaleza
aparentemente caótica, desordenada, recubierta de rumor y prejuicio y por lo
tanto no puede ser entendido únicamente a partir de una de sus partes o
momentos (en este caso, un video fragmentado reproducido por ciertos medios con
cierta intencionalidad, porque ya sabemos que ningún medio es absolutamente
objetivo). Hacer eso conlleva el riesgo de contribuir a la desinformación, a la
falta absoluta de respeto a la dignidad de las víctimas, a la estigmatización
de las poblaciones de los lugares donde acontece un hecho así, a la pornografía
de la violencia y en última instancia a la confusión y la opacidad. Mientras no
exista suficiente información acerca de lo sucedido –y para eso se necesitan
mucho más que reportes de prensa o en tal caso piezas de periodismo de
investigación mucho más profundas-, lo que se puede saber es poco y es parcial.
No sabemos si hubo incitadores y en tal caso su identidad, no sabemos qué tipo
de problemas o rencillas existen en la comunidad en la que aconteció el hecho,
entre otras muchas cosas importantes de saber para comprender lo sucedido. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Por lo
tanto, desde mi perspectiva y como alguien que ha investigado linchamientos en
el México reciente, me atrevo a decir lo siguiente acerca del uso político del
caso de Tamulté como parte de la campaña sucia en contexto electoral:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> - </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Que
exista un video de un momento del linchamiento en el que se escuchan gritos en
contra de varios políticos y alguna consigna política no es suficiente para
asegurar que quienes protagonizaron el linchamiento son militantes de Morena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> - </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Desprender
de la existencia de este video la afirmación de que los militantes de Morena
llaman a la violencia también es falaz, primero por lo que dije arriba, no
sabemos si efectivamente son militantes de Morena, y segundo porque un hecho así
mostrado, sin contexto y aislado, para emitir culpabilidad sin pruebas es falto
de cualquier sentido de justicia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> - </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Usar
un video fragmentado de un linchamiento para politizar un hecho así, específicamente
para abonar a una campaña sucia en contexto electoral es ruin. Deducir a partir
de ese video que los militantes o simpatizantes de Morena “amenaza con hacer lo
mismo con los contrincantes de AMLO” (como dijo <a href="https://twitter.com/heriberto_yepez/status/993179492838326272" target="_blank">Heriberto Yepez</a> en su cuenta de
Twitter), es algo muy irresponsable y absolutamente repudiable. Lo de Yepez es
sólo un ejemplo de varios (incluido el uso que también hizo el pseudoperiodista
Ricardo Alemán, quien en este mismo contexto hizo una apología del delito
mediante un meme para un posible asesinato del candidato presidencial de
Morena).</span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-size: 12pt;"> Tan repudiable es un linchamiento como quienes lo usan para
llevar agua al molino de sus filias, fobias o teorías de conspiración de su
preferencia. Pero en medio de la campaña sucia electoral, es particularmente
preocupante ver los modos de manipular el tema de la violencia a partir de
noticias e imágenes fragmentadas y sacadas de contexto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-72226892087596721442017-04-11T21:02:00.000-07:002017-04-11T21:03:04.254-07:00El caso Perelló y por qué no es un linchamiento mediático<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Pasé varios años analizando el
linchamiento como fenómeno de violencia colectiva y sus singularidades en el
México reciente. La investigación que resultó para mí es apenas un pedazo
pequeño de una realidad lacerante de un país profundamente injusto. Con base en
algunos resultados de mi trabajo, estoy en condiciones de afirmar que: 1) el
linchamiento tiene un carácter heterogéneo, lo que significa que
independientemente de compartir una estructura común, el contexto y el actor
colectivo no es siempre el mismo; 2) que es equivocadamente interpretado como
una expresión de falta de modernidad, un acto cometido por sujetos “sin ley” y
es también equivocada la afirmación de que los linchamientos son parte de los
“usos y costumbres” de los pueblos originarios; 3)</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> </span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">el linchamiento
en México es una maniobra desesperada ante la necesidad de seguridad y
sobrevivencia en los márgenes, que la población que ahí habita no se niega a
vivir dentro de la ley, sino que su experiencia con la legalidad estatal está
plagada de arbitrariedad, ilicitud, atropellos y abusos, lo que provoca la
emergencia de estrategias extralegales de violencia para enfrentar las
injusticias; 4)</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif";"> que</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">
es una forma ritualizada de violencia desplegada en un espacio público que se
vuelve el escenario de una representación espectacular de un castigo ejemplar y
en este acto-performance (que no es planeado) se sintetizan un conjunto de
percepciones y experiencias acerca del miedo, la (in)justicia, la (i)legalidad,
entre otros problemas que se viven en los márgenes y 5) que los medios de
comunicación en México han hecho de la violencia un producto para el
entretenimiento, donde actos de violencia ligados a la criminalidad y la
inseguridad son vueltos un espectáculo mediático en el que se perpetúan otras
formas de violencias de índole variada, se naturalizan, normalizan y repiten
como parte del repertorio de actitudes cotidianas; la narrativa mediática de las
violencias impulsa ideas y estereotipos —un contenido simbólico— que contribuye
a organizar la experiencia social y por lo tanto influye en las ideas sobre lo
que es o no justo, legal y legítimo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Con esta apretada síntesis sobre el
fenómeno de los linchamientos en nuestro país lo que busco es dejar en claro
que mi conocimiento acerca del tema está basado en un análisis que fue un poco
más allá de las opiniones o del uso más común del término. Mi investigación no
abarcó el llamado “linchamiento mediático”, pero me gustaría decir, desde mi
experiencia de análisis de los linchamientos reales, algunas cosas al respecto,
especialmente a partir de que en los días pasados he notado el uso del término
en el caso de Marcelino Perelló y cómo trascendió en las redes sociales lo que
él dijo sobre la violencia sexual en contra de las mujeres en uno de los
programas de radio que encabezaba, así como las consecuencias de sus dichos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Igual que el linchamiento real, en
México el linchamiento mediático no ha sido suficientemente analizado. Esto
significa que hacen falta estudios en los que se caracterice el fenómeno de la
manera más completa posible: qué es un linchamiento mediático, cuál es la
estructura general que tiene, qué actores están involucrados y en qué contextos
sucede, qué diferencias o similitudes tiene tanto con el linchamiento real como
con otros fenómenos colectivos a nivel mediático, entre otras muchas preguntas.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No voy a repetir los detalles del caso
Perelló aquí pero haciendo un resumen la cosa fue así: Perelló, un personaje
público cuya fama reside en haber participado en el movimiento estudiantil de
1968, ser profesor universitario en la Facultad de Ciencias de la UNAM y haber
encabezado un programa de radio en la emisora de la misma universidad desde hace
más de diez años, tuvo a bien, en una de las emisiones de este programa,
expresar una serie de opiniones repudiables acerca de la violación (caso
Daphne), el acoso callejero (casos Tamara de Anda y Andrea Noel), las denuncias
que se han hecho al respecto (sobre lo que es o no, según él, una violación) e
incluso juicios procaces acerca de las víctimas de estos delitos. Una parte de
los dichos de Perelló fueron difundidos en redes sociales días después de dicha
emisión y, como era de suponerse, causaron gran indignación. Una gran parte de
las usuarias y usuarios de redes sociales expresaron su repudio y enfado ante
lo dicho por Perelló, no por la vulgaridad en sí (que fue de suyo bastante
desagradable), sino porque evidenció la normalización de las violencias
machistas que persiste en un buen número de varones: decir que la violación es
tal única y exclusivamente si es cometida con el pene (“Si no hay verga, no hay
violación”) , que hay mujeres que sólo han sentido orgasmos mediante una
violación, que las mujeres usan faldas cortas para llamar la atención de los
varones (de lo que se deduce que “las hijas de la chingada” no deben quejarse
de los “piropos” callejeros), entre otras cosas. A las pocas horas, las
autoridades de Radio UNAM anunciaron la cancelación del programa de Perelló
como consecuencia de lo ocurrido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Otra parte de los usuarios de redes
sociales consideró que Perelló fue víctima de un linchamiento mediático, que se
le estaba censurando y se estaba contraviniendo su libertad de expresión y aquí
es donde me gustaría hacer algunas precisiones. Reiterando que no existe
suficiente análisis acerca del concepto linchamiento mediático, en mi opinión
el caso de Marcelino Perelló no es tal. A continuación intentaré explicar mis
razones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Se requieren más estudios acerca del
papel de los medios de comunicación y las redes sociales en contextos de
denuncia o sanción social tanto de delitos como de actividades o
comportamientos que, sin ser propiamente delitos tipificados, son considerados
como agravios morales (en el sentido que le da, por ejemplo, Barrington Moore),
como apología de violencia, etc. y, por lo tanto, son objeto de un amplio
rechazo. Se requiere además que los estudios estén situados en la realidad de
México y realizar a la par un ejercicio comparativo con lo que sucede en otras
latitudes con el fin de hallar similitudes y diferencias. Debemos partir del
hecho de que el uso masivo de dispositivos conectados a Internet y el acceso a
redes sociales ha provocado una transformación importante en las formas de
participación social especialmente en lo relativo a las formas de exigencia de
derechos y de justicia, al mismo tiempo que ha influido en los modos de
comunicación y relación de la población con los actores gubernamentales y con
las instituciones públicas y privadas, con los periodistas y las empresas, etc.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Al mismo tiempo, una parte del discurso
neoliberal ha promovido que los ciudadanos se vuelvan responsables de su propia
seguridad, es decir, una especie de privatización de la protección, bajo el
argumento de que la población debe, además de ser todavía más <i>participativa</i> y <i>democrática</i> (lo que sea que esto signifique), asumir tareas varias
para restarle presión al Estado, cada vez más escuálido y más rebasado ante las
violencias y los riesgos permanentes de todo tipo. De igual forma, otra parte
importante de la gobernanza neoliberal enfatiza la necesidad de que los
ciudadanos se conviertan en agentes que vigilen y exijan transparencia
(accountability) en las acciones y decisiones de gobiernos y de actores del
sector privado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En este entorno, una parte importante de
quienes participan en las movilizaciones digitales (por llamarle de algún modo
a las acciones de denuncia, protesta o exigencia que se realizan digitalmente)
lo hace con legítimo interés y con una intención abierta y clara: expresar su
indignación ante lo que considera malo, injusto, reprobable, etc. Pero existe
también otro lado de este fenómeno, que involucra a personas y/o estructuras
que movilizan a personas para crear escándalos o para acallar a las otras
movilizaciones; de ello no voy a hablar ahora pero existen ya muchos trabajos
que han documentado la forma en la que operan los llamados bots o los grupos
generadores de acoso y violencia online.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Quisiera centrarme exclusivamente en
casos como el de Perelló, es decir, casos en los que una figura pública comete
una falta o tiene comportamiento que resulta rechazable para una parte
importante y es exhibido -y con exhibido quiero decir que se difunde en redes
sociales el hecho-, lo cual genera una reacción masiva y que tiene
consecuencias directas para dicha persona. No voy a hablar de casos de personas
que no son figuras públicas, porque eso implica otras consideraciones y
desenlaces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Perelló es una figura pública, es decir,
no es una persona desconocida a la que sorprendieron casualmente cometiendo una
falta o escupiendo improperios en una calle oculta y oscura. Este personaje
dijo lo que dijo al aire en un programa de radio. En este sentido y aunque la
reacción a sus dichos no ocurriese en el preciso momento en el que él los
emitió, lo cierto es que lo hizo a la luz de todos, fue una acción pública.
Días después un fragmento de lo que él dijo se divulgó en redes sociales y el
caso se viralizó. Uno de los argumentos de quienes han salido en defensa de
Perelló es decir que “una muchedumbre” había salido a “lincharlo”, tratando de
equiparar la difusión del fragmento en redes sociales como un llamado para
castigar o someter al susodicho. Por lo que yo he observado en años recientes
en medios de comunicación y redes sociales, cuando una figura pública
(políticos, periodistas, personajes del espectáculo o la cultura, etc.) es
criticada fuertemente a nivel mediático por sus dichos o hechos generalmente
alega que se ha cometido un “linchamiento mediático” en su contra como una
forma de victimizarse ante la andanada de comentarios negativos y juicios de
rechazo que reciben por sus acciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En el caso de Perelló, la reacción y
protesta digital no buscó hacer justicia por mano propia; la gente que expresó
su indignación no pretendió sustituir a ninguna autoridad para ejercer una pena
al margen de la ley sino que, por el contrario, lo que exigió fue precisamente
la intervención de las autoridades correspondientes para que fuesen ellas las
que ejercieran su función de sancionar al personaje. La movilización digital no
buscó actuar por encima del Estado ni en contra de la justicia legal; no fue
encabezada por vigilantes o grupos o actores anónimos que realizan acciones
digitales violentas o de acoso (como sí lo hacen otros grupos mencionados
antes) ni en nombre de nadie, ni ejerciendo una venganza (aunque quienes apoyen
a Perelló confunden las consecuencias de sus dichos –la cancelación del
programa- con una suerte de venganza colectiva, lo cual es impreciso); tampoco
se publicaron en sitios públicos detalles personales de Perelló para atacarlo
más (datos privados) ni mucho menos la visibilidad que lograron los dichos de
Perelló fue producto de una estrategia de abuso, coerción o uso de poder (sus
palabras fueron dichas al aire).<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Falta todavía mucho por estudiar y
reflexionar colectivamente acerca de las implicaciones de las acciones de
denuncia digital. Especialmente, falta caracterizar mejor en qué consiste, qué
actores participan y la diferencia de contextos, cuál es el papel de los medios
y las autoridades, entre otras cosas. Hay muchas preguntas que tenemos que
responder con respecto a este fenómeno, pero mientras eso sucede considero
importante no dejar pasar los casos que adquieren mayor relevancia mediática
para comenzar a discutir al respecto. <o:p></o:p></span></div>
elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-59061685683778015952017-03-18T07:57:00.000-07:002017-03-18T07:57:00.704-07:00Acoso callejero y castigos "excesivos"<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Estimado Pepe:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Aquí escribí algunos aspectos de lo que me preguntaste ayer sobre el caso de Tamara de Anda y el episodio de acoso. No agota ni pretende hacerlo toda la cuestión sino son únicamente algunas ideas sobre mi posición al respecto. Tampoco espero que agote el diálogo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Piropear-acosar verbalmente es un acto
de violencia, ya todos lo sabemos. Es una forma de violencia que a pesar de su <i>aparente</i> no fisicalidad (ay, nomás gritó
“guapa” o una guarrada, no la tocó), no deja de ser una forma de agresión, en
tanto expresa su opinión de la apariencia –que generalmente va de la mano de
una connotación sexual (me gustas, estás buena, desearía cogerte…)- de una
mujer sin que ésta la pida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ahora, pasemos al tema de las sanciones
al acoso callejero. También sabemos todos que ya es considerado legalmente una
falta. Desconozco cómo fue el debate político-legislativo que produjo esta
realidad, pero así es. También desconozco el debate jurídico-legislativo que
determinó el tipo de sanciones para castigar esta falta. Pero estamos de acuerdo
en que el acoso, en sus múltiples variantes, es una falta legalmente reconocida
y por tanto con sanciones determinadas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En días pasados, Tamara de Anda
(periodista con una considerable fama, especialmente entre las capas jóvenes e
ilustradas –y digo ilustradas no en sentido peyorativo-, entre otras cosas por
su consabida posición feminista) padeció un episodio de acoso cometido por un
taxista ante lo cual ella decidió denunciar y el tema se viralizó en redes
sociales. Todo lo que ha sucedió en torno al caso no lo voy a repetir aunque
retomaré algunas cuestiones específicas para explicar, en concreto, mi opinión
sobre una de muchas aristas que tiene el tema: el análisis clase-género y su
relación con la sanción ante la falta (si es o no excesiva). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La pregunta que hiciste -a un tuit mío
que decía “<i>Flaco favor le haces si crees
que a un determinado hombre, por ser él mismo oprimido en términos de clase, se
le debe disculpar el acoso</i>.”- fue el siguiente: “<i>Seguimos sin entender el exceso del castigo. Por fa, respondan a eso.</i>”.
Intentaré responder.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Con base en mi experiencia personal y de
investigación, considero que el tema de la violencia (en muchas formas y de
diversos tipos) que despliegan los subalternos no debe ser un tabú. En este
caso concreto, partamos del hecho de que el taxista que cometió la falta es un
sujeto subalterno y que por lo tanto, la sanción que le fue impuesta legalmente
por la falta que cometió (acosar a una mujer, que en este caso se considera
privilegiada con respecto al sujeto que la agredió) aparece o se concibe como
desproporcionada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Primer punto: la sanción no es
determinada por quien denuncia, sino por el reglamento vigente, así que en este
caso concreto Tamara de Anda no tiene ninguna injerencia para establecer la
sanción y menos para determinar si es justa o desproporcionada. Ella decidió
denunciar, esa fue su prerrogativa, pero hasta ahí, no puede hacer más. ¿O
acaso no debió denunciar?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Segundo punto, que es más bien una
pregunta: ¿La sanción establecida en tal reglamento es justa o
desproporcionada? Insisto en que no soy abogada y desconozco los detalles de la
norma (no sé si en el caso del acoso callejero existen penas mayores o menores
a pasar una noche en El Torito), pero en mi opinión, para el acoso verbal creo
que una sanción administrativa de ese tipo no es lo más útil para efectos de
que el sancionado no repita la falta. Más que pensar en términos de “castigo
excesivo”, prefiero pensar en términos de “la utilidad de la sanción”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Tercer punto: Como ya dije, entendí que una
parte del argumento de que pasar una noche en El Torito fue “un castigo
excesivo” estaba relacionado con el hecho de que el taxista es, en términos
llanos, un sujeto oprimido (léase, un trabajador, sin dinero ni influencias
para enfrentarse a un sistema judicial que reproduce las desigualdades
sociales, es decir, racista, clasista y machista, entre otras), mientras que la
agraviada es una mujer privilegiada (aunque es también una trabajadora no
racializada, que tiene mayores posibilidades de defenderse, de hacerse
escuchar, tiene una formación que le da cierto margen para ejercer sus
derechos, etc.). En pocas palabras, el argumento sería: ella está abusando de
su poder en contra de un sujeto indefenso. Aquí es donde creo que la cosa se
presta a confusión y manipulación (y eso por no tocar el acoso virtual del que
ha sido objeto Tamara de Anda). Intentaré explicar mi posición.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Para mí lo ideal es que existiera un
sistema de justicia que involucrara mucho más a la sociedad en la educación-readaptación
de los sujetos que cometen este tipo de faltas bajo esquemas de trabajo
comunitario, de procesos en los que tanto el infractor como la gente pudieran
escucharse (me parece más sano rendirle cuentas a los ciudadanos que a un juez
que jamás nos rinde cuentas a nosotros), etc. Pero partiendo de lo que
realmente tenemos, lo que les queda a las mujeres que sufren acoso es o
recurrir a este sistema de justicia (corrupto, ineficiente, que reproduce las
desigualdades, etc.) o irnos a nuestras casas (a llorar, resignarnos o a
organizar la autodefensa). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Desde mi perspectiva, la violencia
ejercida por hombres en contra de mujeres es parte sustancial del sistema
capitalista, que se sostiene gracias al dominio heteropatriarcal. Una cosa es
que no nos guste el tipo de sanciones legalmente establecidas para castigar el
acoso y otra muy diferente que debamos disculpar o no castigar el acoso si lo
comete un sujeto subalterno, so pretexto de que él está siendo más oprimido en
el esquema mayor del sistema capitalista. Las violencias machistas, que van
desde el acoso callejero verbal hasta el feminicidio, son parte sustancial de
este dominio heteropatriarcal que sostiene al sistema económico (y por lo
tanto, no están del todo desconectadas de la opresión que padecen los varones
subalternos). No soy ingenua y es probable que el señor taxista no conecte que
la agresión que cometió tiene relación con las formas en las que el sistema
económico se reproduce y que implican su propia opresión, pero no creo tampoco
que se le ayude al pretender disculparlo en este caso concreto. Por el contrario,
creo que pretender disculparlo es condescendiente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Que a algunos no les guste la sanción
por excesiva pues qué pena pero es lo que hay. Siempre seré de la idea de que
mientras existan leyes, hay que agotar su uso. La otra es que tomemos la ley en
nuestras manos y nos autodefendamos, en virtud de que las normas y el sistema
judicial está podrido hasta la médula; lejos de juzgar moralmente una opción así, lo que creo es que no es lo más conveniente específicamente para contextos de violencia callejera.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-40296890035080265192015-04-24T13:38:00.002-07:002015-04-24T17:56:24.341-07:00Robo de niños o el rumor y sus efectos<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Recientemente
en algunas zonas del sur del Distrito Federal se ha desatado una serie de
historias sobre supuestos casos de robos de niños. En concreto, en la
delegación Coyoacán el fenómeno adquirió relevancia desde el momento en el que
se registraron varias </span><a href="http://www.jornada.unam.mx/2015/04/21/capital/029n2cap"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>jornadas</b></span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>
</b>de </span><a href="http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/04/21/nuevo-cierre-vehicular-en-coyacan-por-supuestos-robos-de-ninos-9456.html"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>protesta</b></span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">
llevadas a cabo por algunos habitantes en la que denunciaban –sin ninguna
prueba concreta (nombres, denuncias legales, etc.)- que varios niños habían
sido secuestrados y exigían la intervención de las autoridades. Días después en
la delegación Magdalena Contreras, sin que se hubiesen registrado protestas
vecinales al respecto sino a partir de información difundida en redes sociales
según dice la prensa, un grupo de habitantes </span><a href="http://www.jornada.unam.mx/2015/04/24/capital/032n4cap"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>atacó</b></span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">
a un padre de familia afuera de una escuela porque se le acusaba de ser <i>robachicos</i>. Estos casos son un clásico ejemplo
de llamado pánico moral: situaciones, personas o grupos que son identificados
como amenazantes de ciertos valores o intereses sociales y los casos son
presentados por medios o por figuras autorizadas de la comunidad de forma
estereotipada y desmesurada, cargada de valoraciones morales y sentencias que
nublan la capacidad de observar la realidad objetiva y ecuánimemente. Una de
las consecuencias del pánico moral es la polarización en la opinión pública
que, en estos casos concretos incluye al bando de los que defienden que eso es
real (o que las protestas son justificadas) y al bando de quienes sostienen que
sólo son rumores (pero que desestiman la reacción y las razones del entendible
miedo de la gente). Lo curioso es que ambos tienen algo de razón, pero ambos
son imprecisos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Hasta
el momento, no hay ningún caso concreto demostrable de robo, secuestro o
afectación de niños que esté directamente vinculado con los episodios de
protesta y agresión, es decir, que todo este despliegue de reacciones está
basado en rumores. Pero los rumores son algo suficientemente serio como para
ser desestimado, no tanto por el contenido literal (que también importa), sino
por lo que muestran en tanto síntoma de algo más profundo. Primero, porque los
rumores apelan al miedo fundado de la gente ante un problema muy real de
inseguridad y violencia cotidianas y segundo porque los rumores también son un
dispositivo de control social, especialmente durante tiempos de confusión e
inestabilidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> En
este sentido, no se trata de ignorar y menospreciar la reacción de la gente -una reacción
de miedo perfectamente real y justificado- ante un rumor, sino analizar en qué
condiciones surge y se instala ese rumor. En este caso, el rumor de robo de
niños ha surgido muy visiblemente en la antesala y principio formal de las
campañas electorales para elegir jefes delegacionales y diputados locales y
federales en el Distrito Federal. No se puede comprobar que los rumores sean
parte sucia de las campañas (porque yo no estoy en campo trabajando ni la zona
ni los procesos políticos de estas zonas), pero sí se puede decir que es muy
común el uso político de este tipo de rumores en contextos de disputa entre
grupos o partidos o de confrontación de grupos con las autoridades. Al
respecto, sólo hay que revisar las declaraciones de autoridades y personajes
partidistas para ver que estos casos están mostrando que tienen (probable
intención y) efectos políticos muy claros: el </span><a href="http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2015/04/20/1019725"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>Jefe
de Gobierno</b></span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">, el </span><a href="http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2015/04/23/1020411"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>Secretario
de Seguridad Pública del D.F</b></span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>.</b>, </span><a href="http://www.jornada.unam.mx/2015/04/22/correo"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>la candidata de
Morena a la delegación Coyoacán</b></span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">, </span><a href="http://www.eluniversal.com.mx/ciudad-metropoli/2015/invento-rumores-sobre-robo-de-ninios-en-coyoacan-amlo-1094267.html"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><b>López
Obrador</b></span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">, etc., y todos asumen que “alguien” los quiere
perjudicar a ellos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> No
es imposible saber cuándo y de dónde surge un rumor, pero ello requiere un
trabajo más amplio directamente en la zona afectada que si alguien quisiera
podría llevar a cabo; lo que quiero decir es que es factible hacer una
caracterización del contexto y de los actores involucrados para averiguar qué
pugnas hay en este momento, qué recursos están bajo amenaza, qué relación hay
entre la comunidad, los grupos políticos y las autoridades, etc. No obstante, cabe
suponer que en un primer momento estos rumores fueron alentados a partir de una
intención política en el marco de las campañas políticas tanto para afectar
rivales como forma de reacción ante la amenaza de perder cotos de poder,
especialmente en los tradicionales esquemas clientelares que son, ya lo
sabemos, mecanismos de control y mediación política no sólo en el Distrito
Federal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Vemos
entonces que en éste como en muchos otros casos similares, que pueden derivar
en violencia colectiva, hay un grado considerable de cálculo o planeación
(aunque personalmente no estoy plenamente convencida de usar esta palabra), es
decir, no son sucesos espontáneos. Esto ya ha sido discutido por varios
autores, como Charles Tilly en su clásico libro Tilly <i>The Politics of Collective Violence</i> o más recientemente Javier
Auyero, quien analizó los motines ocurridos en Argentina en el 2001 a la luz de
la relación entre líderes políticos locales y cuerpos policíacos. De cualquier
modo, hay que tener mucho cuidado de no asumir entonces que todo caso de
violencia colectiva está planeado o coordinado; hay muchos casos también en los que la
acción o la violencia se desata súbitamente sin que exista ninguna
organización, como los brutales casos de linchamiento a asaltantes de
transporte público en flagrancia que ocurren con cierta frecuencia en la zona
fronteriza entre el Distrito Federal y el Estado de México.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Lo
grave no es sólo el uso de esta clase de rumores con una intencionalidad
política, sino que lo más peligroso es el efecto que esto puede causar. No es
lo mismo que la gente salga a la calle a protestar a que la gente intente
linchar a una persona inocente, aunque sean parte del mismo fenómeno. El <i>mecanismo</i> del chivo expiatorio opera
simbólicamente en varias dimensiones de la vida social en momentos de crisis y
conflictos, pero hay algo muy alarmante cuando ocurre el tránsito de lo
simbólico a lo real, cuando se le pone rostro y nombre al enemigo imaginario.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Ante
estos hechos, correspondería a las autoridades no sólo desmentir los supuestos
delitos contra niños con datos duros sino evitar utilizar las respuestas tipo
“no tenemos ninguna denuncia” como una forma de defenderse y excusarse de la
falta real de estrategias para afrontar los rumores y sus efectos y, más
todavía, para garantizar la seguridad de la población. Una cosa es que los
linchamientos no se puedan predecir y otra muy diferente es que no se puedan
prevenir. </span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-91577676104609915132015-03-26T14:15:00.000-07:002015-03-26T17:32:20.952-07:00Ayotzinapa, seis meses después<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: large;"><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;">He estado piense y piense. ¿Qué decir seis meses después de la ominosa noche de Iguala sin sonar banal, reduccionista o injusta? Ya no me basta decir que me duele, como tampoco me basta decir que fue el Estado. No me alcanzan las palabras para atreverme a describir la pena de las madres y los padres y compañeros de los muchachos y a partir de eso, mucho de lo que ahora leo al respecto me parece casi nimio. Sin embargo, sigo creyendo indispensable la memoria y la reflexión. L</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">a memoria, recordarlos, no olvidarlos, porque esa es la raíz de la justicia que nosotros podemos construirnos. Y la reflexión, porque lo sucedido con los muchachos de Ayotzinapa sintetiza (aunque no agote y aun con sus particularidades) la violencia que se padece en este país, especialmente la violencia de la que son objeto la mayoría desposeída, los más vulnerables y los menos privilegiados y que es una violencia promovida, auspiciada y perpetrada, sí, por el Estado. Como hace casi 20 años, cuando ocurrió la masacre de Acteal, con Ayotzinapa he quedado largo rato perpleja, sintiéndome sin la capacidad suficiente para esclarecer cómo es posible que estos crímenes puedan seguir sucediendo ante la mirada indiferente y cómplice de muchos. Será por eso que, de muchas formas, he optado siempre por hacer lo que me es posible para no traicionar la memoria de todos estos nuestros muertos. Será por eso que, a pesar de lo inútil que pueda parecer, he seguido un camino para poder(me) explicar la violencia que se nos ha instalado desde hace ya un rato, para no sentir que es algo normal, que es una costumbre, que así somos o que es nuestro destino.</span></span></div>
elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-49505770386803600542014-10-09T17:49:00.001-07:002014-10-09T21:28:24.947-07:00Ayotzinapa, día 13 y siguen sin aparecer.<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;">La historia va más o menos así: La Normal de Ayotzinapa ha sido históricamente acosada por su vocación política de izquierda, donde los hijos de campesinos y de familias de escasos recursos se forman intelectualmente para ser profesores rurales y para la acción política permanente. Hace días, fueron a Iguala a hacer proselitismo de sus causas, incluido el "boteo" para recabar dinero con el fin de participar en la marcha del 2 de octubre. Ese día, había un evento público del alcalde y su esposa en el centro de Iguala simultáneamente. Al alcalde no le pareció la presencia de los jóvenes normalistas y habrá dado la orden al jefe de su policía que los largaran de ahí. El jefe de la policía, que es un brazo armado de un grupo del narco, ordenó rafaguearlos y levantarlos. Se los llevaron en patrullas de la policía y versiones dicen que un supuesto jefe del grupo de narcos ordenó matarlos. Hoy todavía no aparecen pero sí hay varias fosas clandestinas con restos que presumiblemente podrían ser de los normalistas. Tanto el EPR como el ERPI, los grupos guerrilleros con presencia en Guerrero, se han manifestado sobre el asunto,incluyendo que el primer grupo centró una parte importante de su argumentación en la responsabilidad del grupo del narco mientras el segundo grupo guerrillero anunció un "comando de ajusticiamiento" contra el grupo de narcos para ¿vengar? lo que les han hecho a los estudiantes. El hecho de que la estrategia gubernamental haya sido decir primero que era un tema de crimen organizado y que ahora esté siendo por un lado alargar y eludir dar información sobre la identidad de los cuerpos hallados en las fosas, al mismo tiempo que también ahora convenientemente estén insistiendo en los dichos de las guerrillas para sugerir que fue un tema de pugna entre crimen organizado y grupos subversivos, no obsta para afirmar que lo ocurrido en Iguala sigue siendo un crimen de Estado. Así tiene que ser asumido y así tiene que ser denunciado </span><span style="color: #141823;"><span style="line-height: 19.3199996948242px;">y todas estas versiones oficiales incompletas pero repletas de ambigüedades y enredos (aun con ciertos elementos de verdad), no deben encubrir lo más importante.</span></span><br style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;">En primer lugar, porque fueron policías municipales los que se llevaron a los muchachos. </span><br style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;">En segundo lugar, porque sí, es cierto, la policía de Iguala está prácticamente en manos de los narcos, eso no significa que el gobierno no haya auspiciado esta situación. Es decir, no es que un día llegó el narco y se apoderó de la policía como si nada. Esto es un proceso de contubernio, intercambio, complicidad, ayuda, apoyos, prebendas, protección e impunidad permanente entre partidos, políticos y grupos criminales.</span><br style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;">En tercer lugar, porque dado el contexto histórico de Guerrero, es muy seguro que este episodio de violencias extralegales (pero no por ello dejan de ser estatales) sea una de las tantas formas en las que el Estado haya buscado combatir, eliminar, atacar, etc. a actores políticos que se oponen a los abusos y los despojos de los gobiernos, sean grupos civiles o subversivos. </span><br style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; line-height: 19.3199996948242px;">En cuarto lugar, porque independientemente de la naturaleza de estos actores políticos opositores, cuando el Estado (aunque estemos claros que siempre ha sido así, que de facto siempre ha buscado eliminarlos de todas formas) ejerce violencia contra ellos, está violando los derechos humanos elementales, está cometiendo un crimen de lesa humanidad.</span></span>elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-1475238102206869492014-08-03T22:29:00.000-07:002014-08-03T22:29:43.819-07:00Esto no es un ensayo (O notas para un inútil debate sobre literatura académica vs no académica cuando se escribe de violencia)<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">Elisa Godínez<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">Desde hace cinco años
hago una investigación sobre linchamientos en México en tiempos recientes. La
investigación es hecha dentro de un marco académico y específicamente desde el
campo de la antropología, sin embargo, nunca he creído realmente en ni
promovido las divisiones tajantes entre la academia y <i>todo lo demás</i>. Supongo, desde el rincón más candoroso que tiene
alguien que todavía cree en los procesos de generación (¿debería decir mera
reproducción, porque en términos de cultura y conocimiento nunca hay nada enteramente
original ni individual?) y diálogo de saberes, que es natural y justificado mi
interés por todo el material relacionado, directa o indirectamente, con el tema
que investigo, desde los textos más específicamente antropológicos hasta casi
cualquier texto sobre violencia, representación(es) de la violencia, etcétera,
sean éstos académicos o literarios (una separación que es más artificial que
real). Es verdad que me centro especialmente en literatura académica, pero no me
circunscribo a ella, puesto que es obligatorio (y a veces hasta placentero,
mientras que otras tantas un poco decepcionante) tener que acercarme a trabajos
“no académicos” sobre los temas que analizo. Entiéndase así quién soy y a qué
me dedico, un poco para poner en contexto mi lugar de enunciación.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">Fue así que me topé con
un ensayo sobre fotografía y violencia o, como dice en la contraportada, sobre
la fotografía como acto violento y, específicamente, sobre <i>la violencia del retrato involuntario</i>, como lo llama su autora,
Marina Azahua, es decir, de la fotografía tomada sin consentimiento de quien es
fotografiado. En la librería pedí por favor que me dejaran quitarle el odioso
celofán con el que desde hace años <i>protegen</i>
los libros para poder mirar el índice, darle una ojeada rápida y ver si valía
la pena adquirirlo. Para mi sorpresa, encontré un capítulo dedicado a
linchamientos, lo cual me hizo comprarlo ya sin revisar mucho más, es decir,
porque me convenció –y agradó- que se incluyera el linchamiento como un ejemplo
relevante para discutir la relación entre fotografía y violencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">En el momento que
escribo esto todavía no he terminado de leer <i>Retrato involuntario</i>, he de aclarar. También debo decir que no
pretendo hacer una crítica ni del contenido general del trabajo ni del estilo
en sí y no por tibia, como lo dijeron por ahí, sino porque hablaré y
cuestionaré desde mi lugar hoy, que es, fundamentalmente, el de alguien que
hace una investigación sobre violencia, que no es crítica literaria, ni
pretende hacer una crítica cultural de largo alcance al ensayo como género sino
tan sólo expresar inquietudes y exponer mi posición con respecto a la narración
de las violencias, algo que actualmente, lejos de ser una moda, es una
necesidad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> Comencé
a leer el ensayo de forma ordenada, es decir, desde el principio, a pesar de
que bien podría haber ido directamente al apartado sobre linchamiento. Sin
embargo, siempre estimo importante leer los prefacios donde puedo encontrar
algunas consideraciones generales, explicaciones o justificaciones de la obra,
así que empecé en orden desde la primera página. Como ya dije, hace algunos
años realizo una investigación sobre linchamientos y a pesar de la premura y de
las necesidades específicas de mi indagación, no escatimo en acercarme a todo
el material que hable de, mencione o haga referencias de linchamientos, así
como tampoco escatimo el campo desde el cual se haya escrito este material, es
decir, no excluyo trabajos que no sean “académicos” en principio por un asunto
de elemental respeto y desprejuicio: no son las credenciales académicas las que
garantizan la calidad de los trabajos y la investigación. Cuando empecé a leer,
y en el entendido de que es un ensayo (con toda la libertad, flexibilidad, con
opiniones más o menos sólidas y naturalmente con tono literario), noté que
mientras iba avanzando en la primera parte, mi propia avidez me estaba
orillando a encontrar los asideros de varias de las aseveraciones que la autora
maneja, en parte por mi propia dinámica de interpretación o traducción de lo
que leo y en parte porque, para bien o para mal, estoy familiarizada los
aspectos generales del tema de la violencia, más que del de la fotografía, he
de precisar. A pesar de sentir esa primera carencia (en función de mis propias
necesidades), continué con la lectura. El segundo apartado, <i>Souvenir del linchamiento</i>, -que ya dije,
fue prácticamente el que me hizo adquirir el libro- lo leí agudamente. Mea
culpa.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> El
linchamiento es un tipo de violencia colectiva que, en principio, tiene una
forma o estructura general independientemente del lugar y el momento en el que
ocurra, aunque considerado como un proceso, las causas y contextos son
claramente diversos: no es lo mismo un linchamiento ocurrido en el siglo XIX en
el sur de Estados Unidos a un linchamiento que suceda en Bolivia en pleno siglo
XXI. Es decir, que como todos sabemos, un linchamiento es cuando una multitud
ataca físicamente a uno o pocos individuos bajo la excusa de ejercer justicia
por mano propia, o sea, la intención es castigar una falta real o supuestamente
cometida y ejercer justicia por mano propia, aunque los contextos y actores
colectivos involucrados tenga características completamente diferentes. El
linchamiento es un fenómeno que ocurre desde hace siglos y que ha estado
presente en muchas latitudes, ya sea como un suceso extraordinario o como una
práctica más o menos cotidiana y aceptada, tal como sucedió en Estados Unidos
especialmente a lo largo del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX como
una forma de intolerancia y racismo en contra de la población afrodescendiente.
En este sentido, los linchamientos sucedidos en Estados Unidos son
emblemáticos, en primer lugar porque la manera de nombrar esta forma particular
de violencia colectiva desde entonces se origina ahí (la Lynch Law, instituida
por William Lynch en las primeras décadas del siglo XIX, consistente en un
castigo sumario, en principio no letal y no específicamente racista, en contra
de algún sospechoso, acusado o sentenciado cometido por una turba –<i>mob</i>- sin que medie un proceso legal o
autoridad), y en seguida por su duración (mucho más de un siglo) y su evolución
histórica como una práctica de ejecución extrajudicial abiertamente racista y
enfocada hacia la población negra pero también en contra de otras minorías
étnicas. De modo que es comprensible considerar que los linchamientos por
antonomasia son aquellos ocurridos en Estados Unidos aunque, como mencioné,
este tipo de violencia también exista –e incluso actualmente de manera
importante- en otros países y por razones no exclusivamente racistas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> La
autora comienza esta parte del ensayo haciendo una descripción-ficción de casos
emblemáticos de linchamientos ocurridos precisamente en Estados Unidos a partir
de las fotografías que subsistieron, destacando el hecho de que efectivamente
estas imágenes fueron utilizadas como “recuerdos” (souvenirs) de las
ejecuciones, como memorabilia de la violencia tumultuaria. No tengo objeción
alguna con el contenido ni las opiniones de la autora y me parece acertada la manera
de abordar el tema, utilizando esta descripción para crear un efecto emocional
intenso y colocar la mirada justo en las víctimas de esta atrocidad. Lo que me
complica está más bien relacionado con los aspectos éticos acerca del uso de
material previamente recopilado con suficiente esfuerzo por otros, así como las
implicaciones también éticas de narrar la violencia, en particular si no es en
tono de ficción. Voy a explicar esto de escribir sobre violencia más adelante,
pero antes debo comentar que mientras reflexionaba todo esto, escribí un <i>tuit</i> donde expresé mi desconcierto con
la lectura de este trabajo diciendo que no entendía por qué era bien visto que
se pudiera citar sin dar la referencia exacta. Mi preocupación no era el
prurito por la cita con comillas en un afán académica o formalistamente
obsesivo, no obstante eso fue lo que se (mal) entendió, a juzgar por las
respuestas que ese <i>tuit</i> mereció.
Dije, sí, que me había lastimado que no se nombrara a quienes habrían hecho una
investigación (léase la recopilación de esas fotografías y máxime cuando revisé
la bibliografía y hallé que la autora había consultado especialmente un trabajo
muy relevante al respecto) porque era una falta de respeto al trabajo de otros
y porque la investigación (sea en el ámbito académico o fuera de él) es un
trabajo, como cualquier otro. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> Sin
entrar en detalles de todas las respuestas que tuvo lo que dije, en general lo
que se me reclamó fue la falta de idea sobre lo que es un ensayo “no académico”
o “lírico”, señalando especialmente que la característica de un ensayo es la
libertad y la prerrogativa del autor de dar o no crédito a otros trabajos. En
particular se asumió que mi pretensión era como policiaca porque,
supuestamente, yo estaría buscando algo así como los errores o las faltas a la
hora de (no) citar las referencias. Me explicaron también que no debía
confundir los hábitos y formas académicas con el formato y el estilo de un
ensayo. De manera indirecta, igualmente se apeló a asuntos de autoría, plagio y
copyright como si yo estuviese defendiendo el lado conservador, mercantilista,
egocéntrico y decrépito de la producción, distribución y consumo de bienes culturales.
Es probable que yo haya interpretado mal las respuestas, pero en resumidas
cuentas eso es lo que entendí y que dicho sea de paso no me ofende para nada, aunque
me parece más bien que hay un prejuicio grande y que generaliza injustamente a
todos los que estamos investigando desde ámbitos académicos como si fuésemos
todos inflexibles y torpes con respecto a estos menesteres.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> Ahora,
amén de insistir en que la discusión para mí no es entre la artificial
separación entre un ensayo académico y otro no académico, me interesa
reflexionar algunas cosas tanto sobre la escritura, la autoría y las formas e
implicaciones de escribir y representar la violencia. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> En
primer lugar, la escritura que busca hacer descripciones o representaciones
culturares, sea desde el ámbito académico o fuera de éste, generalmente se
inscribe dentro de disputas de poder en distintos marcos institucionales,
entendidos como los ámbitos que acogen, sancionan, apoyan, publican, financian
y consumen aquello que se escribe. Me parece que hablar sobre violencia y hacer
representaciones de ella entra dentro de este gran conjunto especialmente si, como
pareciera obvio, tenemos una posición crítica ante ello, si justo lo hacemos como
una forma de denuncia, oposición, análisis, etcétera. Pero en el improbable
caso de que la posición de alguien fuese neutral (cosa más bien imposible
porque la neutralidad es también una posición ideológica, contrario a lo que
comúnmente se supone), es obvio que quien escribe para hacer representaciones
culturales aspira a tener interlocutores, a ser leído por otros y, por tanto,
también está sujeto a estas disputas de poder.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> En
este sentido, para mí el tema no es la separación entre géneros académico y
literario porque en cuanto a la escritura de descripciones culturales, ambos
están igualmente circunscritos dentro de procesos históricos y también
lingüísticos y eso importa mucho más que el espacio formal desde donde se
escribe. Ambos géneros se pueden intercalar y más aún se pueden influir el uno
a otro, nos guste o no, y en esa mezcla, escribir descripciones culturales
implica una permanente experimentación más que una división tajante y
anquilosada. Al menos esto ocurre y está absolutamente admitido desde hace ya
mucho tiempo en el campo antropológico. Creo que el dilema nada tiene que ver
con las formas ni con los estatutos de cada género, sino con los temas, las
intenciones y en última instancia con la dimensión ética implícita en el
ejercicio de escribir sobre representaciones culturales.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> Sabemos
que no existen representaciones culturales transparentes, que éstas tienen un
cierto grado de invención aún en el ámbito académico y eso la antropología lo
sabe bien, como también hace tiempo sabe que no existe la autoría
incuestionable. Todo trabajo que transite en los caminos de la descripción y la
exposición de ¿aspectos, problemas? de la “realidad” social, cultural, política,
etc. (o todo eso revuelto) sin la intención de hacer ficción (es decir, que no
es una obra exclusivamente imaginaria o algo así), planteará siempre una verdad
parcial o relativa pero eso no significa que no aspire a presentar un cuadro veraz
o por lo menos fiel al propio horizonte de verdad y ética de su autor. Este
tipo de trabajos (no importa desde qué ámbito se hagan) supone la descripción
de procesos culturales más que sólo momentos o imágenes a partir de un diálogo
entre disciplinas (entre ciencia y arte, por ejemplo), porque todos sabemos que
la cultura no es un objeto sino justamente un proceso colectivo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> De
modo que escribir sobre representaciones culturales es más que un acto
literario, es más que escribir bien o desarrollar un estilo propio: al hacerlo
se altera la forma de mostrar los fenómenos, es decir, se puede hacerlo en
función de los intereses de quien escribe (independientemente del estatus
supuestamente superior que tenga un estético escrito literario por encima de un
aburrido y vulgar escrito académico o científico). Suena obvio y nada
sorprendente, pero si pensamos en la posibilidad que se tiene disolver hechos,
desaparecer nombres o minimizar atrocidades las cosas toman otro cariz. Y
justamente volviendo al ensayo de Azahua, me parece que la autora sabe bien
esto último porque es, según entiendo, el leitmotiv de su obra: mostrar el
rostro y darle voz a los involuntariamente retratados. Más allá de la vocación
literaria o no de un ensayo, como ya he dicho, se escribe desde un contexto y
apelando explícita o implícitamente a una posición política porque la autoría
es al mismo tiempo autoridad para representar realidades culturales con todo y
las inequidades y disputas existentes. Más aún si el ensayo habla sobre temas
que afectan de manera tan profunda a mucha gente, como lo es la violencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> Lo
que observé en la parte sobre linchamientos en el trabajo de Azahua es que por
un lado, hubiera sido muy útil incluir –en el texto- las imágenes que está
describiendo, sobre todo si consideramos que es un trabajo de fotografía.
También me hubiera gustado, como ya dije, hallar en el texto o aunque fuese en
un pie de página algo más sobre el proyecto <i>Without
Sanctuary<a href="file:///C:/Users/Elisa/Documents/DOCTORADO/Esto%20no%20es%20un%20ensayo.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="line-height: 115%;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></a></i>
que es de donde, según la bibliografía incluida al final del texto, es de donde
la autora obtuvo las fotos que describe. Este proyecto, además de tener una página
web que aloja la recopilación de fotografías históricas de linchamientos hecha
por James Allen durante más de 25 años y a partir de la cual se generó también
un libro y una película. Como vemos, este trabajo no es un compendio
cualquiera, sino que hay mucho tiempo y mucho esfuerzo detrás, igual que lo hay
en varias obras –tanto líricas como académicas- sobre un tema tan sensible para
millones de personas descendientes de población africana llegada a Estados Unidos
en calidad de esclavos y sometida por siglos a un amplísimo repertorio de
violencias. Tan sólo por mencionar un detalle: uno de los autores de los textos
del libro, Hilton Als, es un escritor y crítico de teatro que escribe en la
prestigiosa revista <i>The New Yorker</i> y,
como era de suponerse, es negro. Omitir mencionar esto no parece algo grave,
pero no es precisamente lo que se espera de un texto que pretende mostrar el
rostro y dar voz a las víctimas. Y que quede claro que esta inquietud no es un
tema de comillas, ni de autorías en sentido de reforzar una posición anacrónica
y burguesa, sino de elemental congruencia: quienes hicieron este proyecto son
personas cuyo pasado, cuya historia está directa o indirectamente ligada a esas
atrocidades, es decir, son también, en algún grado, víctimas que merecerían una
mención más allá de la bibliografía.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> Cuando
escribimos para representar culturalmente también traducimos realidades y verdades,
que nunca son totales, que son precisamente construidas a partir de un complejo
proceso lingüístico y de poder donde tocamos (modificamos, removemos, transfiguramos,
exaltamos, sometemos, etcétera) a los sujetos que protagonizan esas
representaciones. Lo más tristemente común es que estas personas nunca lo
sepan, nunca se enteren de qué manera en que fueron retratados, la manera en la
que fueron traducidos, la manera en la que su voz, su trabajo, su autoría, en
última instancia, fue matizada, acomodada, domesticada. ¿Por qué sí estamos
dispuestos a “dar crédito”, a “dar voz” a ciertos actores-productores-creadores
y a otros no tanto o, en todo caso y por disparatado que suene, por qué cuando
se cuestiona la defensa de la autoría todavía se firma un ensayo? ¿Señalar o
cuestionar las omisiones de las referencias de los trabajos usados para
escribir un ensayo implica defender una idea caduca y burguesa de autor-autoría
o es apelar al reconocimiento y defensa del trabajo colectivo? En la
antropología sabemos bien que esta idea del ambicioso científico social que no
devuelve nada a cambio de todo lo que obtiene de sus sujetos investigados es
algo éticamente reprobable y algo que por fortuna está siendo desplazado por
los trabajos hechos por quienes tradicionalmente eran los sujetos investigados,
por todos esos <i>otros</i> sin nombre, sin
voz y sin rostro. La antropología hace tiempo que ya no puede hablar delos
otros con autoridad automática, de esos otros “primitivos”, “no letrados” y “sin
historia”, es decir, los discursos-la escritura y sus especificidades que no
pueden omitirse: quién habla, quién escribe, cuándo y dónde lo hace, con quién
y para quién, el contexto histórico y las relaciones de poder, pero más
importante aún, que estos discursos-escritos están en disputa, se pueden
confrontar y, en ese sentido, se asume que el diálogo y la interpelación no es
una concesión sino una condición. La voz de los “informantes” (para mí un
término odioso que ya debería haber sido desterrado de la antropología) ya no
admite ser entrecomillada o parafraseada porque la relación tiene que ser
dialógica y la autoría ya no puede ser monofónica.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> ¿Y
qué tiene esto que ver con el ensayo en su variante literaria o lírica? Pues a
ciencia cierta, no lo sé, aunque creo que de algún modo son asuntos que nos
atañen a todos quienes escribimos sobre contenidos culturales en un sentido no
ficticio y más para quienes nos dedicamos a temas tan delicados y dolorosos
como la violencia. Pero lo que sí sé es que todas estas inquietudes no tenían
que ver con un amor por las comillas o con una vocación perseguidora o censora
del formato de los ensayos, sino con la reflexión acerca de la autoría y cómo
no se trata de negarla sino precisamente de ampliarla, de reconocer la
dimensión colectiva que tiene, de la necesidad de identificar los “nosotros”
implícitos en ella, de reconocer las exclusiones y las ausencias y corregirlas.
Otra vez, la cultura no es un objeto ni un cuerpo homogéneo de símbolos y
significados sujetos a interpretaciones definitivas, sino un proceso temporal y
emergente que siempre está en disputa, siempre está siendo cuestionada. La
cultura constantemente construye otredades a partir de exclusiones específicas
y así como discursos y prácticas y las representaciones culturales que
escribimos no pueden no ser debatidas. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> También
habría que discutir el perfil y el papel del lector, en última instancia.
¿Estamos pensando que nuestros lectores son nuestros cómplices y, en ese sentido,
tienen que ser pasivos, que no se debe o es imposible establecer un diálogo con
ellos? ¿Cuáles son las expectativas de quienes se acercan a leer un ensayo como
<i>Retrato involuntario</i>, qué esperan
hallar? En mi caso, yo me aproximé no sólo porque siempre tengo la esperanza no
sólo de la posibilidad de conversar con el texto, sino también de encontrar
referencias útiles. Probablemente mi error fue no llegar prejuiciada, sin que
me determinara el hecho de esta artificial separación entre ensayo libre y
ensayo académico. Especialmente decidí ser lectora por mi interés en el tema de
la violencia que no sé si merezca o no un trato especial, pero que al menos a
mí sí me obliga a pensar en qué nos importa cuando hablamos de violencia, para
qué hablamos de ella, cuál es la necesidad o el interés. En ese sentido, y por
ser alguien que trabaja el tema, retomo algunas de las cuestiones básicas
planteadas en la introducción a la ya clásica antología sobre violencia
compilada por Nancy Scheper-Hughes y Philippe Bourgois (que por cierto está
incluida en la bibliografía de <i>Retrato involuntario</i>):
¿Se puede omitir o relativizar a quienes reportan o investigan sobre
violencia?, ¿de qué modo se establece el compromiso ético y político a la hora de
narrar la violencia? Cada quién sabrá responder a esto. Yo cerraré esta larga
explicación con un fragmento de lo dicho por estos autores, que suscribo, y que
resume mi posición al respecto:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><div style="text-align: justify;">
“Anthropologists who make their living observing and recording the misery of the world have a special obligation to reflect critically on the impact of the brutal images of human suffering that they foist on the public…The texts and images we present to the world are often profoundly disturbing. When we report and write in an intimate way about scenes of violence, our readers have the right to react with anger and to ask just what we are after (afterall)? Indeed what do we want from our audience? To shock? To evoke pity? To create new forms of totalizing narrative through an ‘aesthetic’ of misery? What of the people whose suffering is being made into a public spectacle for the sake of the theoretical argument? …</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Those for whom the representation of hunger, misery, and violence is central to their life’s work, need to continually resensitize their audiences as well as themselves to the state of emergency in which we live. To do so we must locate the proper distance from our subjects. Not so distant as to objectify their suffering, and not so close that we turn the sufferer into an object of pity, contempt, or public spectacle. We need to avoid aestheticization of misery as much as a discent into political rhetoric and polemics.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
There is no appropriate distance to take from our subjects during torture, lynching, or rape. What kinds of participant-observation, what sort of eye-witnessing are adequate to scenes of genocide and its aftermath, or even to structural violence and genocide?”<a href="file:///C:/Users/Elisa/Documents/DOCTORADO/Esto%20no%20es%20un%20ensayo.docx#_ftn2">[2]</a></div>
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Elisa/Documents/DOCTORADO/Esto%20no%20es%20un%20ensayo.docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Times New Roman","serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: FR;"> <span lang="FR"><a href="http://withoutsanctuary.org/main.html">http://withoutsanctuary.org/main.html</a>
<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Elisa/Documents/DOCTORADO/Esto%20no%20es%20un%20ensayo.docx#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a> <span lang="FR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-ansi-language: FR;">Violence in War and Peace: An Anthology, eds. Nancy
Scheper-Hughes and Philippe Bourgois. </span><span style="font-family: "Times New Roman","serif";">Malden:
Blackwell Publishing, 2004. p. 26.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-19411967516319087562013-10-18T09:40:00.000-07:002013-10-18T09:47:12.040-07:00Sobre el asunto Tepito-CNTE<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">A propósito de este tuit <a class="twitter-timeline-link" data-expanded-url="https://twitter.com/VILLALVAZO13/status/390976667067244545" dir="ltr" href="https://t.co/4zQsfMQXlB" rel="nofollow" target="_blank" title="https://twitter.com/VILLALVAZO13/status/390976667067244545"><span class="invisible">https://</span><span class="js-display-url">twitter.com/VILLALVAZO13/s</span><span class="invisible">tatus/390976667067244545</span><span class="tco-ellipsis"><span class="invisible"> </span>…</span></a> y sobre opiniones que sugieren que el ataque en Tepito hacia la CNTE es "natural":</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">1 . En México y especialmente en el D.F., lo común no es que ocurran brotes de violencia por supuesto "hartazgo social".</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"> 2. Con base en los datos sobre un tipo de violencia colectiva
(específicamente linchamientos), es bajísima la incidencia por
intolerancia.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">3. La violencia colectiva es un proceso con diversas fases, que puede
ocurrir en dif. contextos y cometida por diversos tipos de actores.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"> 4. Es cierto que hay varios antecedentes de actos de violencia colectiva
en Tepito, pero ninguno de éstos ha ocurrido por intolerancia.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">5. Generalmente, en Tepito esos actos son más una forma de autodefensa
momentánea (por lo que consideran abuso de autoridad) o...</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">6. ...cuando atrapan a ladrones que han afectado a sus clientes, pero justo en el momento.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">7. También ha habido disturbios surgidos a partir de rumores de secuestro o desaparición de niños, por ejemplo.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">8. Llama la atención que nunca han reaccionado así ante otro tipo de
manifestaciones (por ejemplo, los meses de plantón en 2006).</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">9. A reserva de que se haga la investigación periodística y/o
etnográfica del suceso de hoy, no se puede sostener su supuesta
legitimidad.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">10. Pero sí tenemos evidencias históricas y también recientes de
tácticas oficiales para desprestigiar protesta y linchar a la CNTE.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">11. Cada quien saque sus conclusiones. Pero, con base en investigación
cuantitativa y cualitativa en linchamientos, dudo de su "naturalidad".</span></span><br />
<br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">Este asunto da para mucho más. Estos fueron sólo unos cuantos apuntes al vuelo el mismo día que ocurrió el hecho (jueves por la noche)</span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><br /></span></span>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">El viernes sale una nota de los comerciantes del barrio deslindándose de la agresión <a class="twitter-timeline-link" data-expanded-url="http://revoluciontrespuntocero.com/pulsociudadano/barrio-de-tepito-no-agredio-a-maestros/" dir="ltr" href="http://t.co/nxu9glXgYq" rel="nofollow" target="_blank" title="http://revoluciontrespuntocero.com/pulsociudadano/barrio-de-tepito-no-agredio-a-maestros/"><span class="tco-ellipsis"></span><span class="invisible">http://</span><span class="js-display-url">revoluciontrespuntocero.com/pulsociudadano</span><span class="invisible">/barrio-de-tepito-no-agredio-a-maestros/</span><span class="tco-ellipsis"><span class="invisible"> </span>…</span></a></span></span> <br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1135148629486803603.post-17945405114756614862013-02-13T22:49:00.000-08:002013-02-14T20:04:34.490-08:00A propósito de la justicia por mano propia<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"> En
días recientes, hemos visto cómo varias comunidades en el estado de Guerrero<span style="font-size: large;"> <span style="font-size: large;">y otros estados </span></span>se han organizado para ejercer una forma de justicia por mano propia,
especialmente por la noticia de que en el municipio de Ayutla de los Libres, la
comunidad se armó y formó una policía comunitaria y llevó a cabo, días después,
un juicio popular en contra de los supuestos delincuentes que mantiene
retenidos desde hace días.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"> A
partir de lo sucedido en Ayutla, la discusión acerca de la justicia por mano
propia no se ha hecho esperar. El tema, de por sí polémico, provoca reacciones
inmediatas y generalmente en contra de lo que<span style="font-size: large;"> </span>es consecuencia
de una serie de problemas<span style="font-size: large;"> </span>de diversa índol<span style="font-size: large;">e<span style="font-size: large;">, especialmente en la incapacidad del Estado pa<span style="font-size: large;">ra garantizar seguridad y justicia a sus gobernados.</span></span></span></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> </span>En
este breve texto me propongo exponer algunas consideraciones generales sobre la
justicia por mano propia en México, con el fin de aportar algunas claves
básicas para la comprensión general del fenómeno. En especial, me interesa
dejar en claro que existen diversas formas en las que la justicia por mano
propia se expresa y que no todas son iguales ni pueden juzgarse de la misma
manera, a pesar de que compartan una serie de rasgos comunes.<span style="font-size: large;"> <span style="font-size: large;">Pese a que <span style="font-size: large;">el término "justicia por mano propia<span style="font-size: large;">" <span style="font-size: large;">es usado<span style="font-size: large;"> de manera peyorativa<span style="font-size: large;">, <span style="font-size: large;">para mí es un co<span style="font-size: large;">ncepto descriptivo<span style="font-size: large;"> y real<span style="font-size: large;">, más allá de las connotaciones negativas que desde el discurso oficial y mediático se le da.</span></span></span></span></span></span></span></span></span></span></span></span></span></span> </div>
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">1.<span style="font-size: large;"> </span></span></span><span style="line-height: 150%;">Justicia por mano propia se refiere a
una diversidad de recursos a partir de los cuales un colectivo decide ejercer
acciones para castigar, reparar, etc. un delito supuesta o realmente
cometid<span style="font-size: large;">o o <span style="font-size: large;">de manera preventiva <span style="font-size: large;">como defensa <span style="font-size: large;">en un contexto de inseguridad y delincuencia.</span></span></span></span></span></span></span> <br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;"> 2<span style="font-size: large;">. </span></span><span style="line-height: 150%;">Desde el punto de vista del derecho estatal,
la justicia por mano propia es el abandono o la abolición del proceso a partir
del cual se respetan las garantías del acusado, el debido proceso y la
sentencia, en tanto “atributos legales y legítimos” de la aplicación de
justicia. Pero<span style="font-size: large;"> <span style="font-size: large;">hay que mencionar que <span style="font-size: large;">además del derecho estatal, </span></span></span>existen otros sistemas normativos
que coexisten junto con el <span style="font-size: large;">p<span style="font-size: large;">rimero</span></span>. <span style="font-size: large;">Los </span>pueblos indígenas, por ej<span style="font-size: large;">emplo</span>,<span style="font-size: large;">tienen</span> sistemas normativos propios. Sin embargo, m<span style="font-size: large;">uchas veces el concepto de </span>justicia por mano
propia se usa erróneamente para <span style="font-size: large;">referir<span style="font-size: large;">se <span style="font-size: large;">peyorativame<span style="font-size: large;">nte o caracterizar dichas prácticas ju<span style="font-size: large;">ríd<span style="font-size: large;">icas no estatales. </span></span></span></span></span></span></span></span></span><span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"> </span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"> <span style="font-size: large;">3. </span>S</span><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">in embargo, en situaciones de creciente
violencia e inseguridad, y más en países como México donde la impunidad es lo
que impera, la justicia por mano propia se ha convertido en un recurso a partir
del cual un colectivo intenta cumplir con una de las funciones primordiales del
Estado, entre otras, que es garantizar la seguridad de sus ciudadanos. </span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;">4. </span><span style="line-height: 150%;">Me he referido a que son colectivos los
actores que recurren al ejercicio de la justicia por mano propia porque los
casos de venganza, defensa o ataque cometidos entre individuos particulares
son, en teoría, juzgados por el derecho estatal vía un <span style="font-size: large;">c</span>ódigo <span style="font-size: large;">p</span>enal, aunque bien sabemos que, en
la práctica, el alto grado de impunidad en México impide, en la
mayoría de los casos, que los culpables paguen por el delito cometido. En este
país, la “justicia” es posible en función de la cantidad de recursos económicos
e/o influencias para corromper cada engranaje del sistema judicial. Pero ese es
otro tema.</span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;">5. </span><span style="line-height: 150%;">Como he dicho, la justicia por mano
propia se expresa de varias formas que comparten elementos comunes pero que
tienen claras diferencias. Asimismo, además de <span style="font-size: large;">resaltar la </span>diversidad
de formas, cualquier caso de justicia por mano propia requiere ser analizado a
partir del contexto en el que ocurre: contexto histórico, social, político,
etc. No es lo mismo una comunidad indígena, un rural o semirural, una colonia
de la periferia urbana, etc. Es decir, que el fenómeno de justicia por mano
propia debe ser analizado desde un enfoque que sea capaz de establecer las
relaciones entre lo local, lo nacional e incluso lo global.</span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;">6. </span><span style="line-height: 150%;">En especial, me interesa precisar algo
fundamental: la justicia por mano propia, a pesar de ser un desafío al sistema
normativo dominante y en ese sentido sea ilegal (pero no necesariamente
ilegítimo), no necesariamente deviene en un ejercicio de violencia extrema.
Cierto es que cada forma de justicia por mano propia despliega cierto grado de
violencia específica y temporal pero sólo los linchamientos son casos de
violencia colectiva extrema. </span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;">7. </span><span style="line-height: 150%;">Voy a retomar sólo tres formas de
justicia por mano propia en México para explicar sus elementos comunes y
resaltar sus diferencias: policía comunitaria, brigadas de autodefensa y el
linchamiento, utilizando casos actuales o más o menos recientes.</span></span></span><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">a<span style="font-size: large;">) </span></span></span><span style="line-height: 150%;">Policía comunitaria. </span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 18pt; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">La policía comunitaria es una forma de organización
colectiva que lleva a cabo acciones de seguridad y justicia, con base en la
enseñanza-aprendizaje-reforzamiento de respeto, prevención y reparación del
daño. En el estado de Guerrero, la Policía Comunitaria (PC) tiene 17 años de
existencia y es una experiencia sumamente exitosa al respecto. Organizada con
base en los acuerdos que se toman en la Coordinadora Regional de Autoridades
Comunitarias (CRAC), abarca 73 comunidades de los pueblos indígenas Mixteco y
Tlapaneco, más algunas de las regiones de la Costa Chica, Costa Montaña y
Montaña de Guerrero. </span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 18pt; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">La PC es un ejemplo de la construcción de seguridad
y justicia en los llamados “márgenes” del Estado y por ello, es un fenómeno
jurídico que debe ser entendido tomando en consideración las características y
transformaciones que ha sufrido el Estado durante la globalización: el “margen”
describe las áreas lejanas del centro de la soberanía estatal donde esos mismos
Estados son incapaces de garantizar la implementación de sus programas y
políticas (Das, Poole 2004). Sin entrar en detalles acerca del debate acerca de
las fallas, los límites y los alcances del Estado, no se puede negar la
relación que existe entre la desatención y la negligencia de los distintos
niveles de gobierno y sus consecuencias<span style="font-size: large;">.</span></span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> </span> </span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;">b) </span><span style="line-height: 150%;">Brigadas de autodefensa.</span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 18pt; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">También en Guerrero, en el municipio de Ayutla de
los Libres, así como en algunos municipios del estado de Oaxaca (Santos Reyes
Nopala, entre otros) y también incluso en comunidades del Estado de México
(Amatepec y Tlatlaya), en los días recientes nos hemos enterado que los
colectivos de esos lugares han decidido constituir brigadas de autodefensa, que
son cuerpos de seguridad constituidos por los propios habitantes (que se han
autonombrado como policía, pero que aún no tienen ni el tiempo ni la
experiencia que tiene la PC de Guerrero, por ejemplo, aunque ello no signifique
que no puedan llegar a fortalecerse y ser también un referente, pero eso es
imposible de saber.). Asimismo, algunas de estas comunidades, una vez que han
detenido a los sospechosos, han organizado juicios populares en los que
comunitariamente se delibera acerca de los delitos que supuestamente cometió el
detenido y se decide si la comunidad lo mantiene retenido o si se entrega a las
autoridades formales para que siga un proceso dentro de la justicia estatal.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 18pt; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">Cabe señalar que, hasta donde tengo entendido, en
ninguno de los casos recientes, se ha atentado de manera violenta en contra de
los detenidos. No estoy justificando ni valorando positiva o negativamente a
las brigadas y los juicios, pero sí estoy enfatizando que se ha respetado la
integridad de las personas sospechosas o culpables, contrario a lo que ocurre comúnmente
en las detenciones legales donde casi siempre se violenta físicamente a los
detenidos.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 18pt; text-align: justify; text-indent: 17.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">En el estado de Oaxaca, un porcentaje importante de
los municipios son indígenas y/o se rigen bajo el sistema de Usos y Costumbres
reconocido formalmente por la Constitución de ese estado. Así, en muchos de
estos municipios, existen de por sí policías que son de hecho una suerte de
policía comunitaria, constituida por los propios habitantes. Ahora, que en este
momento algunos de estos municipios estén proclamando su derecho a establecer una
“policía comunitaria” es un asunto que, lejos de ser resuelto en este breve
texto, habría que analizar con mucho más detalle, habida cuenta de que Oaxaca
(como Chiapas y otros estados con un gran número de población indígena), ha
sido históricamente escenario de la permanente tensión entre los pueblos
indígenas y el Estado por el reconocimiento de los derechos de los primeros.
Esto ha derivado en un repertorio muy variado de formas a partir de las cuales
el régimen siempre busca dividir, cooptar, infiltrar, debilitar, deslegitimar,
etc. todo esfuerzo organizativo y de resistencia de los pueblos indígenas.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">c) </span><span style="-moz-font-feature-settings: normal; -moz-font-language-override: normal; font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"></span></span><span style="line-height: 150%;">Linchamientos.</span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">Los linchamientos son
actos de justicia por mano propia que derivan en un episodio de violencia
colectiva desbordada en la que la víctima o las víctimas son agredidas físicamente
por una turba, a partir de que el colectivo asume que los inculpados cometieron
un delito, no importa si esto es verdad o no. Sea a partir de un rumor o sea a
partir de que se descubrió a las víctimas en flagrancia, el hecho es que un
linchamiento, como todo acto de violencia colectiva, es un proceso que
atraviesa por diversas fases que, a simple vista, no siempre están claras. Es
decir, hay un antes, un durante y un después del estallido y desborde de
violencia y, al igual que en los dos ejemplos anteriores sobre justicia por
mano propia, el linchamiento debe ser analizado en su respectivo contexto
social, político, cultural, etc. Es necesario además decir que no en todo
linchamiento, por extraño que pueda parecer, el colectivo tiene como propósito
explícito matar a la víctima. Entre el uso del castigo físico como escarmiento
y el eventual el desbordamiento de la masa que deriva en el asesinato, hay una
brecha en la que la violencia puede no llegar a ser fatal y que depende de una
serie de factores muy específicos (que dependen de la intervención o no de la
autoridad legal, de las autoridades locales, de si hay posibilidad de diálogo y
negociación, y un largo etc.).</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">Todos nos hemos
enterado de algún caso de intento de linchamiento o de linchamiento consumado
(es decir, aquel en el que la víctima muere a consecuencia de la violencia), ya
sea los sonados casos de San Juan Ixtayopan en 2004 o de Chalco en 2012, pero
el fenómeno ha adquirido una creciente relevancia mediática y todo parece
indicar que se han incrementado los casos en los años recientes. Durante este
tiempo, la opinión acerca de los linchamientos por parte de la gente común, por
ejemplo, la quienes dejan comentarios en las notas en línea de los periódicos,
también ha ido cambiando a lo largo de estos años y ha pasado de una condena
unánime a una variación considerable donde hay gente que los justifica “porque
qué bueno que no se dejaron, estamos hartos de la delincuencia y de que nunca
se castigue a los responsables” y comentarios similares.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 18pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">Desafortunadamente, muy
pocas veces se analiza el fenómeno de manera profunda y hay una tendencia a
reducir los linchamientos a “actos de barbarie”, generalmente reproduciendo
estigmas y discriminación en contra de las comunidades donde ocurren, y no como
una consecuencia, por cruda que sea, del mismo problema que subyace en todo caso
de justicia por mano propia: abandono de la autoridad, impunidad, injusticia,
violencia estructural o real, etc. Nadie, en su sano juicio, avala el uso de la
violencia per se, y sin negar que los linchamientos son una violación a los
derechos humanos, lo cierto es que si queremos prevenir el fenómeno debemos hacer
un esfuerzo considerable por analizarlo con más cuidado.</span></span></span><br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"> <span style="font-size: large;">-o-</span></span></span></span></div>
</div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> </span>He
intentado exponer, de manera muy sintética, algunas de las diferencias y
algunas matizadas similitudes que hay entre estas tres formas (que no las
únicas) de justicia por mano propia. El objetivo es contribuir a la mejor
comprensión de este fenómeno y, en especial, para que se <span style="font-size: large;">entienda</span> también más
ampliamente quiénes son los colectivos que recurren a estas prácticas, sus características
y dinámicas sociales propias, sus conflictos y sus problemas.</span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> </span>Uno de los principales
elementos comunes a estas tres variantes, en este momento en México, es que
ocurren en contextos en donde los actores que despliegan la justicia por mano
propia, mantienen y reproducen cotidianamente formas colectivas de organización
y deliberación a nivel social, político, cultural, económico, etc. En muchos de
estos pueblos y comunidades, existen formas más o menos acabadas, de prácticas
jurídicas no estatales, que a veces salen a relucir durante estos procesos de
justicia por mano propia, pero no necesariamente, es decir, como lo mencioné
antes, no es que sistema normativo tradicional y justicia por mano propia sean
sinónimos.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"> </span>Considero
que las diversas formas de justicia por mano propia que estamos viendo hoy en
México son parte de un fenómeno más amplio e importante de prácticas de
justicia emergentes como respuesta a <span style="font-size: large;">u</span>n contexto de creciente violencia e inseguridad y que
evidentemente son una consecuencia, entre otras, del alto grado de impunidad
que vivimos. Sin embargo, la impunidad, aún tan brutal como la padecemos, no es
la única razón que explica este fenómeno. </span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">Las transformaciones
que ha sufrido el Estado en las décadas recientes han provocado la desaparición
o el debilitamiento paulatino de sus estructuras básicas (sean aparatos
burocrático-administrativos, sean políticas públicas y programas, sea la
capacidad de gobernar, etc.), es decir, que hay un abandono sistemático de sus
funciones básicas, en especial, la de garantizar no sólo la seguridad de sus
ciudadanos y, aunque ya sea un cliché, mantener el monopolio de la violencia
legítima (a lo que yo diría: de la violencia legal, tan sólo). El sistema
judicial presenta, además, una paradójica situación: ha sido sometido a una serie
de reformas para hacerlo “más eficiente” y sin embargo, por todos lados brotan
tanto los ejemplos de justicia por mano propia a los que nos referimos, como
los espacios grises donde cunde la para-legalidad, es decir, donde se
entremezclan, conviven y se complementan la legalidad y la ilegalidad y que es
la zona donde se genera y reproducen todas las formas de criminalidad a gran
escala que hoy dominan los más importantes flujos de capital a nivel
planetario.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">En ese sentido, reitero
la necesidad de analizar el fenómeno de la justicia por mano propia en función
siempre de los contextos específicos en donde ocurre y no por un prurito
antropológico o meramente anecdótico, sino porque hay un riesgo de que, en un
momento como el que vivimos en México, estas experiencias sean el pretexto para
la emergencia de grupos o situaciones que, como nosotros bien sabemos, son
auspiciadas desde el régimen, como estrategia tanto para desestabilizar,
generar zozobra y miedo, justificar represiones, etc. tanto como para
deslegitimar los casos exitosos de autogestión y resistencia comunitaria. Si
las estrategias gubernamentales para “combatir” al crimen organizado por ningún
lado están dando resultado y más bien pareciera que, sea por omisión o por
franca intención, se pretende alargar indefinidamente la situación de violencia
permanente, cabe preguntarse críticamente siempre a qui<span style="font-size: large;">é</span>nes y para qué conviene
todo ello<span style="font-size: large;">.</span></span></span></span><br />
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">Elisa Godínez Pérez</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;">Distrito Federal, 14 de febrero de 2013.</span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;">A<span style="font-size: large;">lgunas referencias<span style="font-size: large;">: </span></span></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"><a href="http://www.policiacomunitaria.org/" target="_blank">Policía Comunitaria (Guerrero)</a> </span></span></span></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Times,"Times New Roman",serif;"><span style="line-height: 150%;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"><a href="http://www.tlachinollan.org/en/Opinion/en-defensa-del-sistema-de-seguridad-y-justicia-comunitaria.html" target="_blank">Tlachinollan</a> </span></span> </span> </span></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 150%;"><a href="http://www.jornada.unam.mx/2013/01/19/estados/026n1est" target="_blank">Una nota sobre Ayutla</a></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 150%;"><a href="http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/02/13/15407628-anuncian-dos-municipios-mexiquenses-creacion-de-grupos-de-autodefensa-contra-el-crimen" target="_blank">Municipios del Estado de México que forman brigadas</a></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 150%;"><a href="http://www.eluniversal.com.mx/notas/902439.html" target="_blank">Municipios en Oaxaca que se arman</a></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
elisahttp://www.blogger.com/profile/00852891231313151502noreply@blogger.com2